Satélite.pdf


Vista previa del archivo PDF satelite.pdf


Página 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Vista previa de texto


éramos capaces de encaminarlas al rato. Esto, no obstante, hizo que
cada sesión durara más que la anterior y que ya en las últimas
sintiéramos la necesidad urgente de empezar -así lo dije yo, en un
arranque de espontaneidad- para materializar todas esas escenas
que moldeamos casi a la perfección cuando fueron ideas. Ya
empezamos hace rato, dijo Maira, sosteniendo la mano de su novia
en un gesto de complicidad que se completó cuando Flor tomó la
mía.
*
Lo hicimos a diario, durante dos semanas. En lo que dura un
pestañeo nos encontramos los tres brindando por el embarazo de
Maira. El lugar estaba lleno, pero sentí por unos segundos que no
había nadie alrededor, que el boche desaparecía y que aunque
estábamos en silencio nuestros gestos comunicaban cuanto
necesitábamos decirnos y no había nada nocivo en todas las palabras
que podíamos entregarnos, sino todo lo opuesto.
*
No me gustaba el nombre Lou. Nico me parecía extraordinario, pero
como a los tres meses ya sabíamos que no había opción de llamarlo
así, a menos que lo consideráramos como un apócope de Nicolás,
nombre que a ninguno de los tres nos parecía atractivo. Poco pasó
hasta que empecé a encontrarle el gusto a Lou, no por cómo sonaba

5