Berlín, cara y cruz Reportaje.pdf


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Javier Castro Bugarín
3 de febrero de 2016

Al otro lado del Muro
El posicionamiento alemán respecto a la crisis económica ha despertado simpatías
bastante dispares en el seno de la Unión. Con la llegada de los rescates a los países del
Sur y a Irlanda, y la confección de esa triada formada por el BCE, el FMI y la Comisión
Europea, la Troika; la figura de liderazgo alemana se reforzó y adquirió protagonismo
mayúsculo. En el aspecto económico, el BCE optó por delegar en el Eurogrupo (la
reunión informal de los ministros de economía y finanzas del euro) las condiciones para
los rescates, en donde Wolfgang Schäuble, ministro de finanzas alemán y peso pesado
del ejecutivo de Merkel, siempre ha jugado un papel preponderante.
Las asimetrías de poder
dentro de la Unión siempre
han existido, antes y después
de la firma de Maastricht en
el 92 y antes, durante y
después de la crisis del euro.
En sí, el proyecto
comunitario estuvo
articulado en un primer
momento para que tanto
Francia como Alemania
gozasen de un papel
preponderante, al margen
de las desavenencias con Reino Unido. El país galo pondría su sello en el terreno político
y social, abanderado como es de los valores de la liberté, la egalité y la fraternité, y
Alemania supondría esa maquinaria industrial, impulsora de la economía comunitaria. De
hecho, antes de la propia confección de la unión monetaria, todas las monedas europeas
oscilaban su tipo de cambio respecto al marco alemán, y la rentabilidad de los bonos de
deuda europeos a 10 años se hacen sobre el bono alemán (prima de riesgo). En
definitiva, Alemania presentada como sinónimo de seguridad, regulación y
responsabilidad.
Ese tándem entre Francia y Alemania se evidenció en octubre de 2010, cuando el
entonces Presidente de la República Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela
Merkel (imagen superior) se citaron en las costas de Deauville (Francia), a espaldas del
Consejo Europeo, para discutir unilateralmente los programas de ajuste y de deuda para
los países intervenidos. La respuesta fue una dura reprimenda y ataques especulativos
por parte de los mercados internacionales. A partir de ese momento, el directorio
conocido como Merkozy perdió poder, algo que quedaría evidenciado en 2012 cuando

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