Revista Ambiente Siglo XXI. N° 13.Mayo 2008.pdf


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Volumen 1,



13.

Ambiente

Siglo

XXI

Página 6

SEMÁFORO ECOLÓGICO
Biodiversidad: la solución para todos los males.

M.Sc.
C. Paz
Paz
M.Sc.Rosalía
Rosalía

La agricultura moderna utiliza un pequeño número de especies, y dentro de estas, unas pocas variedades conocidas
en conjunto como “Variedades de Alto Rendimiento”, mejoradas y
adaptadas para el cultivo intensivo. Estas variedades han permitido
un considerable aumento de la producción de alimentos a nivel mundial pero también han reducido en forma drástica la diversidad de
especies y cultivares empleados. La consecuencia directa de este reduccionismo es, entre otras cosas, la fragilidad del sistema agrícola.

PAPA
La biodiversidad es un término
que refleja el grado de complejidad de un sistema, que repercute, en última instancia, en su
estabilidad. En el caso de las
plantas utilizadas para fines
agrícolas, puede definirse en
función del número de especies
cultivadas, y dentro de estas, el
número de cultivares y su variabilidad genética.
La base de la dieta humana
está constituida en más de un
90% por productos de origen
vegetal. Se estima que en el planeta existen de 300.000 a
500.000 especies de plantas
superiores, de las cuales se encuentran identificadas cerca de
250.000. De ellas, cerca de
30.000 especies son comestibles y unas 7.000 han sido cultivadas o recolectadas en algún
momento por los seres humanos para su consumo, lográndose en muchos casos la domesticación de las mismas. De
esta manera, podemos confirmar que la seguridad alimentaria humana podría ser sostenida por un gran número de especies vegetales.
Pese a esta información, si observamos los alimentos vegeta-

les que hacen parte de nuestro
día a día, podemos afirmar que
el plato básico está constituido
por un reducido número de especies. En base a esto, se afirma que solo 30 cultivos alimentan al mundo, y en conjunto
aportan el 95% de la energía (en
forma de calorías) y proteínas
de la dieta humana. En forma
sorprendente, más del 50% de la
ingesta energética mundial depende de solamente 3 especies:
el trigo, el arroz y el maíz. El otro
25% es completado por otros
seis cultivos básicos como el
sorgo, el
mijo,
l a s
p a pas,
l a s
batatas,
l
a
soja
y el
azúMAÍZ
c a r
(este
de remolacha o de caña de azúcar). También a nivel regional,
existen cultivos locales con un
aporte energético en la región
como el maní, el guandú, las
lentejas, el caupí, el ñame y la
mandioca. En este sentido, es
visible la reducción en la biodiversidad de las especies de las
cuales depende la alimentación
mundial, con lo cual resulta
importante asegurar la continuidad de la diversidad genética
de estos cultivos principales,
para evitar la vulnerabilidad a
condiciones
adversas
(ambientales o de enfermedades) que podrían afectar la producción de alimentos en todo el
mundo.
La biodiversidad es la fuente

PIMIENTO
de materia prima de la cual
depende la alimentación y
desarrollo de nuestra civilización. A medida que vamos
conociendo la naturaleza,
continuamente vamos descubriendo nuevas fuentes de
materias primas, como pueden ser aceites, fibras, principios
activos
medicinales,
fuentes de energía, alimento,
etc. En el caso de los recursos alimenticios, las especies
silvestres y la diversidad de
cultivares locales tienen una
carga de genes favorables de
adaptación al medio y de resistencia a sus condiciones
adversas, la cual puede tener
una gran valor para la mejora de las variedades comerciales mas productivas, pero
menos resistentes. Por ello, si
permitimos la desaparición
de especies y dentro de ellas,
de cultivares, estamos permitiendo la desaparición de
una importante fuente de
recursos, que en definitiva
constituyen un seguro de vida y bienestar de la humanidad.