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arrancados inhumanamente a gente joven del tercer y cuarto mundos en sus propios países... Todo esto ¡y
mucho más! sucede dentro de la rama criminal de la economía capitalista.
Existen infinidad de mecanismos legales, paralegales y alegales dentro de la inmensa burocracia burguesa
para blanquear las ingentes e inmensas sobreganancias LIBRES DE TODO IMPUESTO que el capitalismo
como unidad extrae de la rama criminal de su economía. Recordemos que el calificativo de criminal depende
de la correlación de fuerzas intraburguesas y SOBRE TODO DE LA TASA MEDIA DE BENEFICIO
QUE RINDA CADA FORMA CONCRETA DE ESA ECONOMÍA CRIMINAL, pero no podemos
extendernos en este importante asunto que, empero, es decisivo para comprender una de las dos razones de
fondo del debate sobre la legalización o ilegalización del consumo de drogas, aunque a este tema concreto sí
volveremos.
Cada rama o sector de la economía criminal tiene sus propias características, y exige sus mecanismos
organizativos ilegales o paralegales específicos: por ejemplo, el tráfico internacional de armas no puede
moverse con los mismos sistemas que el tráfico ilegal de patentes, o que el tráfico ilegal de biotecnologías, etc.
Pero existe una especie de regla por la que la corrupción necesaria para el rendimiento de la economía criminal
está en directa relación con la corrupción e implicación de los aparatos estatales y de sistemas paralelos
de las grandes finanzas. Por ejemplo, el tráfico de armas a gran escala sería imposible sin la corrupción de
amplios sectores administrativos, empresariales y financieros. Cuando los intereses de todos ellos, y del capital
dominante en ese Estado, se hacen lo suficientemente importantes, en ese momento, el sistema en su conjunto,
con el apoyo legal y político necesario, da el salto, legaliza e institucionaliza el antiguo comercio ilegal de
armas y lo convierte en uno de los pilares político-económicos decisivos de ese Estado a nivel interno y
externo. Se pasa así del negocio ilegal a las grandes corporaciones del complejo industrial-militar, como una de
las ramas productivas más rentables del capitalismo en general y en ese país concreto.
Con la llamada "economía de la droga" sucede en esencia lo mismo, pero con diversos matices que ahora no
podemos precisar. El grueso, la casi totalidad de los productos psicoactivos, ESTAN YA INTEGRADOS
LEGALMENTE EN LAS ECONOMÍAS IMPERIALISTAS. Esta cuestión básica ha de quedar clara: sólo
una muy reducida porción de las drogas que actualmente se consumen a escala planetaria ESTAN
FUERA DE LA ECONOMÍA LEGAL AUNQUE TODAS ELLAS DENTRO DE LA ECONOMÍA
REAL. La poderosísima industria farmacéutica, esencialmente unida a la estratégica industria química, es
la mayor productora de drogodependencias fabricadas para el mercado insaciable del Orden Médico burgués,
y sus conexiones invisibles con los poderes de los países donde se cultivan las bases de las drogas hoy ilegales,
son tan vitales que los grandes Estados e instituciones imperialistas no toman medidas efectivas en su contra,
pese a la propaganda papanata. Tras el poder químico-farmaceútico viene el poder de las también intocables
agrobussines o transnacionales de la agroindustria. Poderosísimas empresas, muy unidas por necesidades
productivas a la industria química -insecticidas, plaguicidas, conservantes, edulcorantes, colorantes, etc, Y
SOBRE TODO POR LA BIOTECNOLOGÍA E INGENIERÍA GENÉTICA- que dominan extensísimas
áreas de las cada vez menores tierras cultivables del planeta, agotándolas con el monocultivo industrializado de
drogas como el tabaco, la vid, el café, etc. Podríamos desgranar más la larga lista de la economía legal
capitalista de la droga Y DE SUS DEPENDENCIAS MUTUAS CON LA ECONOMÍA ILEGAL
CAPITALISTA DE LA DROGA, pero pensamos que estos ejemplos sirven.
La producción industrial en masa de una variada gama de drogas dentro de la legalidad dominante, no anula
sino que exige la existencia de producciones más reducidas e ilegales de drogas más potentes o específicas -por
ejemplo, las químicas de uso en los circuitos del bakalao o por ejemplo, los alcoholes de pésima calidad que se
mezclan o se beben a garganta limpia en ese mismo circuito, o por ejemplo, el contrabando en masa de tabaco
extranjero que compite con el oficial, etc,- que de modo alguno cuestionan el liderato indiscutible de las
empresas legales en la producción industrial masiva de droga. Su existencia se debe a una razón muy
simple: a que cumplen la lógica capitalista del máximo beneficio en el menor tiempo posible
aprovechando las áreas de mercado TODAVÍA no monopolizadas por la producción legal. En realidad,
nos encontramos ante una de las características históricas del capitalismo, la de la lucha por el mercado
existente y a la vez, la de crear nuevos mercados. Los grupos que se dedican al negocio ilegal de la droga han
de arriesgarse más que los que ya tienen legalizado su cota de mercado, Y ESE RIESGO SE
COMPENSA CON UNA SOBREGANANCIA SUPERIOR EN MENOR TIEMPO. Una de las
condiciones de su negocio es la de abrir nuevos mercados, mercados hasta ese momento no dominados por