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Hasta aquí una, la primera, de las dos razones de fondo de esa constante histórica. La segunda es que, además,
la economía dineraria lleva en sus entrañas la lógica de la drogadicción masiva. Vamos a explicarlo con
cierto detenimiento porque es un asunto estratégico. La impotencia del sujeto, sus miedos e incapacidades para
realizar lo que necesita y desea, y lo que es peor, para ser consciente de que lo desea y necesita, no está
exclusivamente en función del grado de desarrollo del conocimiento social, de la cultura alcanzada en su época,
sino en función de determinados condicionantes objetivos, externos al sujeto concreto, que le imponen ya
antes de haber nacido una determinada forma y marco de vida. El sujeto concreto nace con eso ya impuesto,
desarrollado por las generaciones pasadas y, desde un momento determinado de la existencia de nuestra
especie, marcado por las contradicciones siempre ásperas y muchas veces sangrientas que permiten a los
opresores vivir a costa de l@s oprimid@s: propiedad privada patriarcal, propiedad privada de las
fuerzas productivas y propiedad privada del ocupante del pueblo ocupado.
La llamada economía dineraría, es decir, la que tiene como centro de equivalencia universal de todas las
cosas al dinero, LA QUE REDUCE TODO A VALOR EN CUALQUIER FORMA DE DINERO, es la
síntesis histórica resultante, y en muchas sociedades que no podemos estudiar ahora la causa, de esas tres
opresiones y sus correspondientes formas de propiedad privada. La economía dineraria no se preocupa de las
personas, de las mujeres, niñ@s y ancian@s, de l@s trabajador@s, de la naturaleza, en cuanto tales, sino sólo
como mercancías, como cosas que convenientemente utilizadas y explotadas, tratadas como esclav@s,
máquinas o simples recursos naturales DEBEN PRODUCIR UN BENEFICIO DEL QUE SE APROPIA
LA MINORÍA PROPIETARIA. La economía dineraria hace, por tanto, que la persona, la que fuera, se
transforme en cosa, en mercancía, en objeto propiedad del propietario. Desde luego que las formas e
intensidades dependen de los diversos modos de producción que han surgido de la primera economía
dineraria, y que ahora no podemos exponer. Pero lo fundamental es que todos los modos de producción
específicos centrados en el dinero, se caracterizan por algo imprescindible para comprender el problema de las
drogas: la doble necesidad de A) alienar y engañar a l@s oprimid@s y B) la necesidad de la minoría
dominante de incumplir sus propias leyes reguladoras de la marcha económica, DE LA FORMA LEGAL
DE OBTENER DINERO. De las dos, ahora sólo vamos a centrarnos en la segunda.
La economía dineraria es corrupta por necesidad. Es decir, para acumular más y más, para reunir más
dinero, ha de incumplir sus propias leyes o ha de imponer leyes nuevas que beneficien exclusivamente a
una reducida minoría de esa minoría, que le beneficien sólo a ella, que obliguen a las otras fracciones a
aceptar bajo la amenaza de la fuerza, o del desastre económica, o simplemente por la fuerza del dinero, a
aceptarlo. La corrupción, el fraude, el engaño, el soborno, la trampa, el timo, etc, son los primeros pasos, pasos
previos a otros más productivos como el robo, el saqueo, la piratería, el asalto, la guerra, la invasión. Todas las
economías dinerarias han recurrido POR NECESIDAD a esos instrumentos desde que existen datos y
registros históricos al respecto. No importa que sea una fracción o un grupo ultraminoritario de la minoría
dominante la que recurra a esos métodos. Todo depende de cada época, de las características de cada forma
económica, de las necesidades de cada fase histórica. Y lo que en unos años es un crimen o una virtud, deviene
en un nefando vicio o en un excelso derecho en otros años: todo depende del beneficio. Con el capitalismo
esta dialéctica entre ley y crimen se ha generalizado, multiplicado y enrevesado.
Antes de llegar al tema de las drogas actuales, hay que insistir en este tema crucial porque es la base para
comprender que SÓLO EN UNA SOCIEDAD EN LA QUE HAYA DESAPARECIDO PARA SIEMPRE
EL DINERO Y TODO LO QUE IMPLICA, DESAPARECERÁ LA CORRUPCIÓN Y DE REBOTE LA
DROGA. Para decirlo clara, llana y simplemente: SÓLO CON LA SOCIEDAD COMUNISTA
DESAPARECERÁ LA NECESIDAD ALIENADA DE LA DROGA. Aunque más adelante volveremos
sobre este asunto, ahora vamos a explicar una cosa: la necesidad de acumular más y más dinero obliga a la
clase dominante a ampliar los negocios ilícitos, ilegales, corruptos, criminales y genocidas. El que
fracciones de esa clase se resistan o se enfrenten incluso a esa necesidad sólo muestra las contradicciones
internas del sistema. Pero la clase dominante, como unidad, tiene infinitos recursos para extraer inmensos
beneficios de la llamada muy correctamente "economía criminal" que es otra de las formas, como la
llamada "economía sumergida", el "trabajo negro", de enriquecimiento. No importa que sean drogas,
armas, obras de arte, productos prohibidos por aranceles especiales, especies animales exóticas y en riesgo
inminente de extinción, o carne humana en cualquiera de sus formas: trabajador@s ilegales, comercio sexual
mediante prostitut@s, niñ@s viv@s para cualquier cosa incluso mantenerlos viv@s hasta extraerles los órganos
de transplantes, u órganos humanos recién muertos para transplantes o experimentación científica comprados o