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SITUACIÓN COMPLEJA, PREGUNTAS SIMPLES
Pienso, realmente, que las preguntas que necesitamos hoy son preguntas simples
y ésta es una de ellas. Me alegro, entonces de poder intentar darle respuesta.
Naturalmente que no tengo la lucidez de Rousseau para responder con un
rotundo sí o no, o con una razón cualquiera, que sea evidente e inequívoca para
todos.
Tengo que ir aproximándome o sea, encontrando respuestas diferentes a la
misma pregunta.
Lo primero que me intriga en la pregunta es que ella misma parece extraña. ¿Por
qué pensar? Al final los cientistas sociales de los últimos diez años han dicho que
estamos en un período de auto reflexión, en el cual individuos autónomos
reflejan esa reflexión en los procesos de transformación en que participan y usan
esa reflexión para intervenir en esos procesos. El individuo auto reflexivo es un
individuo que no se moviliza sin razones, su propia vida es un objeto de
meditación, de reflexión, de autoanálisis, de reversión de caminos, etc.
Si estamos en una fase de auto reflexión, todos pensamos, y si todos pensamos,
¿por qué hacer esta pregunta?
La verdad es que, en mi opinión no estamos en fase de auto reflexión. Al
contrario
de lo que piensan Ulrich Beck, Scott Lash y Anthony Giddens, pienso que estamos
en una época en que la auto reflexión es propia de aquellos que tienen el
privilegio de atribuirla a los otros. La reflexión no es generalizada, y no es
generalizada exactamente porque estamos en un proceso de transición, un
proceso de gran creación y gran destrucción. No es la creación destructiva o la
destrucción creativa de la que hablaba Schumpeter; son procesos de creación
concomitantes con procesos de destrucción, sin que se sepa muy bien la
coherencia entre ellos, muchas veces. En ese proceso creo que la vertiginosidad
de las transformaciones hace que la sociedad se divida en dos grupos que viven
en condiciones nada propicias para pensar. Por un lado, aquellos que comandan
el proceso de creación y de destrucción, los que están detrás de la globalización
hegemónica de la que hoy tanto se habla; los que dirigen ese proceso no tienen
tiempo para pensar. Imaginemos que vamos a preguntar a un corredor de bolsa
por qué hace lo que está haciendo en aquel momento. Es evidente que una
pregunta de ese tipo es extremamente perturbadora, porque obviamente el
automatismo de su acción no le exige, no le permite ese pensamiento. Por otro
lado, en el momento que oye nuestra pregunta y tiene que responder, pierde
algunas inversiones, ya que en la bolsa no hay tiempo que perder.
Por otro lado están los que sufren este proceso de creación, la enorme mayoría
de la población mundial, que sufre la exclusión, la desigualdad, la polarización
entre ricos y pobres, tampoco puede pensar, porque está tan ocupada en
sobrevivir que no tiene, realmente, capacidad, ni disposición para pensar. Por