TADyCM El valor de las palabras. Construccion, seleccion y jerarquizacion.pdf


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Los comunicadores deberían esforzarse por elegir concienzudamente cada término
que van a emplear en la construcción de esa noticia. Cada palabra tiene un significado
particular y al mismo tiempo adquiere sentido de acuerdo al contexto en el que esté
ubicada.
“La inflación es el cáncer que amenaza a la estabilidad de la economía argentina”; “el
actor XXX falleció por un cáncer fulminante”; “Tal político dejó la actividad para
reponerse de una cruel enfermedad”, etc. En estos ejemplos se hace mención al
cáncer. De acuerdo al contexto, la misma palabra adquiere un sentido o bien, sin
mencionar explícitamente a ese término y por el uso reiterado del eufemismo, se
puede advertir rápidamente que se refiere a esa enfermedad.
En cada caso la elección de las palabras debe ser voluntaria y a conciencia. El
periodista debe ser dueño de sus producciones y de los sentidos que surgen de ellas.
Las intenciones y los valores de los medios y de los periodistas que construyen las
noticias muchas veces quedan en evidencia en los títulos.
A continuación se seleccionó un artículo de opinión sobre la significación sobre el uso
del lenguaje y del valor de las palabras:
Clarín, 23 de abril de 2010.TRIBUNA

En la lengua se juega la identidad
Todo buen profesor sabe que, en el aula, cuando el lenguaje circula con vida entre
docentes y alumnos, se construye una visión del mundo sostenida en la subjetividad
de cada uno. La libertad es entonces la herramienta clave del aprendizaje.
Por: Angela Pradelli
ESCRITORA Y DOCENTE, PREMIO CLARIN DE NOVELA
Hace cinco años, en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española que
se celebró en Rosario, escuché a un poeta, el escritor nicaragüense Ernesto Cardenal,
afirmar respecto a la muerte de las lenguas: "Cuando una lengua desaparece, no son
sólo palabras las que se pierden. Cuando se muere una lengua, es una visión del
mundo lo que desaparece". Partiendo de Cardenal, podemos llegar también a la otra
orilla y preguntarnos: para que la lengua viva en las aulas, ¿qué es lo que se enseña y
qué se aprende?
Los profesores, en nuestras clases, tenemos que valorar la vacilación de la lengua
como algo sagrado, preservarla en lo insondable de la materia que enseñamos.
Escribir una oración breve puede ser una operación compleja y dificilísima. Se ponen
en juego no sólo la circulación de las palabras, también los silencios, las jergas, la
cadencia, el fraseo. El lenguaje corre allí con su energía creadora. La polisemia de la
lengua es casi permanente: es imposible hablar sin matices, es imposible desatender
a la vitalidad de ciertas frases y tonos. Los acentos de un poema nos revelan un
mundo y nos ocultan otros. La intensidad de una prosa que nos afecta puede
perturbarnos.
Los alumnos que leen y escriben poesía en el aula se acercan al secreto más
misterioso de la creación. Cuando los estudiantes elaboran argumentaciones y
construyen relatos hablan también, siempre, de su propia identidad. Vivimos en
un mundo que se desborda de señales, que está repleto de mensajes. Cada gesto,
cada color, las posturas, incluso los silencios tienen algo para decirnos.
Pero necesitamos las palabras para cargar a cada uno de ellos de cierta significación.
El punto y las comas marcan la respiración de nuestras enunciaciones. Cuando los

Taller de Análisis del Discurso y Crítica de Medios

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