121 68 TOT.pdf


Vista previa del archivo PDF 121-68-tot.pdf


Página 1 2 3 4 5

Vista previa de texto


El cálculo del índice utilizará 11 años (cinco pasados conocidos, el actual y cinco futuros). Habrá
que realizar previsiones sobre 6 años (el actual no concluido y 5 futuros). ¿Quién y cómo las
realizará? Una pregunta fundamental en vista de la total ausencia de organismos independientes
en nuestro país (recuérdese lo sucedido en la CNMV, la nueva CNMC, el defectuoso diseño de la
Autoridad “independiente” de responsabilidad fiscal…).
La entrada en vigor es inmediata, como arriba se comentó, haciendo primar el ahorro
presupuestario a corto plazo sobre cualquier otra consideración.
Se trata de un índice con una formulación compleja, que es difícil que pueda realizar el papel que
cumplía el IPC como guía de la evolución de las pensiones.
Por último, pero no menos importante: que los gastos han de adecuarse a los ingresos no implica
necesariamente que el ajuste haya de producirse rebajando aquéllos, tomando a éstos como
dados. Esa es la lectura del Gobierno, pero los ingresos son una variable endógena, es posible
actuar sobre ellos. Y la fórmula incorpora como ingresos del Sistema no sólo las cotizaciones,
también los provenientes de los impuestos generales.
El enfoque de UPyD es exactamente contrario al del Gobierno. Lo que tenemos que preguntarnos
como sociedad es qué nivel de gasto hemos de dedicar a los pensionistas (habrá de ser
necesariamente mayor en una sociedad progresivamente envejecida) y reflexionar a
continuación cómo dotar al Sistema de los recursos que permitan hacer frente a esas mayores
necesidades.
Los ingresos del sistema representan hoy en España en torno al 10% del PIB. Las previsiones, y el
comportamiento pasado, no hacen esperar que vaya a separarse demasiado de ese nivel sin
decisiones políticas que lo permitan. El gasto, hoy cercano a los ingresos, se dispararía hasta un
máximo del 14% del PIB en el año 2050, según las previsiones que el gobierno español envió a la
Comisión europea al aprobarse la Ley 27/2011.
El reto que se nos plantea como sociedad consiste, por tanto, en aumentar 4 puntos del PIB los
recursos del Sistema. A primera vista puede parecer un reto imposible (estamos hablando de
unos 40.000 millones de euros actuales). Sin embargo, para UPyD es un reto complicado pero
realizable. Otros países de nuestro entorno, más avanzados en el proceso de cambio
demográfico, gastan ya cuantías similares a las planteadas. Se trataría de acercarnos al
comportamiento medio de la Unión Europea. Se trata de un esfuerzo transitorio, que durará en
torno a dos décadas (la de los 30 y 40 de este siglo) pues la pirámide demográfica no va a
mantenerse permanentemente invertida. Y el propio cambio demográfico liberará parte de los

Congreso de los Diputados, extensión 5927

adplus-dvertising