Justo Rufino Barrios y el gobierno liberal.pdf


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El problema de la expulsión de los jesuitas llegó así a las manos de García Granados. El
presidente, deseoso de evitar una confrontación directa. Se dirigió a las provincias del
oriente del país, para sofocar una insurrección, y designó a Barros como presidente
provisional. Cuando García Granados volvió, apenas pudo reconocer su programa
moderado de gobierno.
El hecho que Barrios tuviera oportunidad de ejercer un interinato mientras el presidente se
ausentaba, hizo comprender a los de su partido que era necesario instaurarlo
permanentemente en la presidencia. Surgió así un evidente deseo de sustituir al indeciso
anciano presidente por el joven Barrios que poseía un carácter más fuerte y resuelto.
En palabras de Bauer: “Lo cierto es que el empuje revolucionario de éste (refiriéndose a
Barrios) era mucho más vigoroso y terminó por desplazar del primer plano del escenario
político al Jefe de Estado. La condición de auténtico patriota que enaltecía a García
Granados, lo hizo comprender la necesidad de darle libre paso a la juventud
revolucionaria, de la que Barrios era el líder. Y en forma desusada en la historia
guatemalteca, la transmisión de mando de un caudillo popular a otro se hizo en forma
pacífica y constructiva teniendo en cuenta sólo los mejores intereses de la nación” [7]
Una Gran mayoría de votos dio la elección popular a Barrios, fuese por temor o por el
sincero deseo de establecer el liberalismo y cambiar profundamente las estructuras
legales, políticas, económicas y sociales del país.
Los límites con México
Justo Rufino Barrios, ahora como presidente de Guatemala deseaba que la cuestión de
límites con México fuera resuelta, antes de embarcar a su gobierno en la gran aventura de
la unión centroamericana.
El ministerio de relaciones Exteriores había mantenido pendiente la cuestión de los límites
con México, siguiendo una pauta de negociaciones pacíficas, aunque parecía difícil
alcanzar del gobierno mexicano un tipo de solución favorable a los intereses de
Guatemala. Entonces se dieron instrucciones al ministro de Guatemala en Washington,
doctor Lorenzo Montufar, para que aceptase el arbitraje del presidente de Estados Unidos
en este delicado asunto, lo que eventualmente podía incluir el reconocimiento de la
soberanía Mexicana sobre la provincia de Soconusco. Este distrito que era parte de
Chiapas en la época colonial, después de la independencia quedó bajo la administración
de Guatemala porque la gran mayoría de su población se pronunció a favor de la unión a
Centroamérica, y no a México, como se aceptó que había sucedido en el resto de aquel
Estado. Tal situación prevaleció hasta 1842, cuando Soconusco fue invadido militarmente
por órdenes del presidente Santa Anna después de la Muerte de Morazán y el fracaso de
la unión centro Americana.

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