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los planos y el cómo se propulsaban eran secretos y solo había un fabricante de naves que las
fabricara, y siempre de manera anónima. Pero eso era huir, esa no era la solución. Lo de la
rebelión podía ser efectiva pero ¿qué pensaría el pueblo cuando ellos llegaran al poder por las
armas? creerían que ellos son iguales al gobierno, y además, aún con el apoyo del ejército no
era tan fácil derrotar militarmente al gobierno. Y bueno, la opción de acceder
democráticamente ni pensarlo, el gobierno los liquidaría a todos antes. No, ninguna de esas
era la solución, pero el tenía que pensar alguna. Si se equivocaban o si los descubrían tal vez
la última esperanza de que la gente fuera libre se acabaría. Sonó el microondas y le sacó de
sus pensamientos. Fue al microondas y sacó su taza. Por fuera estaba a temperatura
ambiente, pero por dentro estaba llena de té hirviendo. Sopló el té y bebió un sorbo mientras se
sentaba en el sofá a reflexionar. Le encantaba el té, era prácticamente el único guiño al pasado
que había en su casa, y a Harry tomar té le recordaba que aunque ahora estuviera de moda,
era una costumbre desde hacía muchísimos años, los chinos llevaban tomando infusiones
siglos, y eso le ayudaba cuando estaba sobrepasado de problemas, ya que se planteaba que
aunque ahora tenemos muchos problemas y creemos que son nuevos y que nunca nadie se ha
enfrentado a ellos, en realidad la humanidad lleva encerrada en un bucle muchos años.
Muchos países subyugados por otros más poderosos habían sentido esa misma sensación que
el y la cúpula rebelde tenían ahora. Y habían luchado, hasta la muerte, dando hasta la última
gota de sangre por defender su derecho a la libertad, su derecho a decidir, su derecho a vivir.
Pero ahí también estaba uno de los problemas de ese “bucle” en el que la humanidad estaba
metida. La gente luchaba por sus derechos cuando se le daban las herramientas, si, pero no
ejercía sus deberes. Y los derechos no sirven de nada si no se cumplen junto con los deberes.
Deberes como el civismo, la ayuda desinteresada a quien la necesite, la honradez...eran
principios incluso anticuados, y ese era uno de los principales problemas, incluso entre algunos
rebeldes. Y si realmente iban a construir una nueva sociedad necesitaban un sistema que fuera
justo, pero principalmente un sistema donde se educara a los niños desde pequeños en una
sociedad que, aunque hubiera más ricos y menos ricos, todos cumplieran con sus deberes con
la sociedad y todos (hasta los mas pobres) tuvieran lo mínimo para vivir (Una casa, ropa,
comida, algo de ocio…) Y él pensaba empezar cumpliendo. Sus deberes como licenciado,
empresario y cabecilla rebelde eran crear e implantar un sistema justo, donde hubiera ricos y
pobres, pero que los más pobres tuvieran gratuitamente un hogar decente, comida y ropa e
incluso ocio, que era algo indispensable para disfrutar la vida. También habría ricos con
mansiones y clase media, sí pero todo el mundo dispondría de lo básico como mínimo. Con
esos pensamientos se quedó dormido
El teléfono sonó, despertándole. Harry se estiró y miró por la ventana. Maldijo en voz baja, el
sol se estaba poniendo, llevaría al menos dos horas durmiendo. Miró la palma de su mano, en
la cual se habían dibujado una foto y unas palabras. Era María, su novia. Llevaban juntos un
año y medio y aunque ella no sabía nada de que él pertenecía a la resistencia era uno de los
motivos por los que él se había apuntado. María era una persona risueña, alegre, de esa clase
de personas que cuando estas al lado de ellas todo parece ir mejor. Por ella tenía que triunfar,
para que ella pudiera cumplir sus sueños de poder estudiar (María era de una familia de clase
baja y no podían permitirse la universidad). Aunque estaba nervioso por la reunión del día
siguiente y no le apetecía contestar ni quedar, no podía dejar verse raro, así que giró su mano
y se pegó la palma a la oreja
-¿si?
La alegre voz de María se escuchó en sus oídos
-¿otra vez durmiendo hasta tarde bello durmiente?
Harry sonrió.
-Que va, solo estaba demostrándole al sofá quien manda. Y tu que, ¿es que me controlas y
sabes cuando me duermo? porque siempre consigues llamarme cuando estoy dormido.
María se rió

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