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Autor: Luca Fukuro

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AMBAR
Capitulo 1
Lo primero que sintió fue el frío, que le producía un dolor sordo e insistente en todo el cuerpo.
Comenzó a sentir la hierba bajo ella y el tacto de la tela de sus ropas. Pronto se dio cuenta de que
cerca unos tímidos pájaros trinaban desde sus nidos. No tardaría en amanecer, pensó. Se aferró
desesperadamente a esa idea.
Cuando abrió los ojos contempló la desolación que reinaba a su alrededor. Miles de cuerpos, como
el suyo, se encontraban esparcidos por todo el valle, solo que aquellos no se movían. Ni volverían a
hacerlo nunca. Entre ellos descubrió un enorme lobo negro que devoraba con avidez uno de los
cuerpos. Con lentitud, el lobo levantó la cabeza ensangrentada y clavó los ojos en ella.
Comenzó a avanzar con cautela entre los cuerpos.
-¿Runo?- preguntó ella.
El gran lobo negro se abalanzó sobre ella, derribándola con su peso y comenzando a dar muestras
de alegría al encontrar a su dueña.
-Runo, ¡Para ya!-exclamó ella olvidando donde se encontraba por un instante y sonriendo con
alegría.
Si, aquel era su lobo, se llamaba Runo, y ella... ella se llamaba.... Kathenn. Si, ahora lo recordaba,
recordaba lo que había ocurrido. Su pueblo, obligado a emigrar por la amenaza de la guerra, había
sido atacado por los soldados del rey Alexandre.
Un sentimiento de ira y sed de venganza invadió su cuerpo como si fuese fuego. Sus padres, sus
hermanos, sus amigos....todos estaban alli, muertos por la ambición de un rey que no era el suyo.
Los ladridos de Runo la sacaron de sus pensamientos. Había encontrado algo.
Cuando consiguió llegar al lugar donde se encontraba Runo, descubrió horrorizada al que hasta
aquel momento había sido su maestro, el anciano druida de su pueblo, el más sabio de los druidas.
Decenas de flechas le sobresalían del pecho como púas erizadas de un puerco espín. Alzó levemente
los parpados y tembló.
-Kath...Kathy....es-escucha....-murmuró con evidentes muestras de dolor.
-Le escucho maestro- contestó ella afligida.
-Tienes que....tienes que buscar....a Brennan, él.....él cuidará de ti... yo ya... yo ya no puedo
hacerlo...
-Claro que podrá.... ¿Quién es ese Brennan?
Pero el anciano ya no habló más.
Se tumbó junto al cuerpo sin vida del druida y lloró. Lloró hasta que le ardieron los ojos y le dolió
el pecho. Runo, a su lado, no dejaba de gemir su propio llanto.
Cuando se tranquilizó, se levantó y se seco las lágrimas. Decidió dirigirse al pueblo más cercano,
Bellshire, a unos dos kilómetros de distancia. Recogió unas monedas y partió. Durante el camino,
Runo permaneció a su lado, mientras un cuervo negro de brillante plumaje y acerado pico
comenzaba a seguirlos sin que ellos lo notasen.


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