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Así que, mientras que Bartolomé volvía a Roma con Carolina, disfrutando del
indulto concedido por el papa Pío IX por intercesión de su primo hermano Giovanni
Ruspoli, Gran Maestre del Sacro Hospicio Apostólico, Emanuele se presentó ante el
presidente del Consejo de ministros Marco Minghetti4, que hacía poco había sucedido al
Conde de Cavour5, el gran político artífice de la unidad nacional, diplomático genial y
gran tejedor de alianzas. Minghetti había recogido de Cavour y desarrollado la siguiente
idea.
Rumania había sido recientemente unificada y logrado su independencia bajo la
guía del príncipe Cuza-Voda6, quien reinaba sobre Valaquia y Moldavia, pero Transilvania, más de la mitad del territorio nacional, estaba todavía bajo el control del imperio
Austro-Húngaro. Mientras que el rey Víctor Emmanuel II, con la ayuda militar de los
franceses, luchaba en el frente occidental para liberar la Lombardía y el Véneto del dominio de Viena, una acción combinada en el frente oriental habría cogido el imperio
entre dos fuegos, obligándolo a desplazar divisiones, a prolongar las distancias, a tener
que resolver difíciles problemas de abastecimientos, a aligerar de una vez la presión
sobre el frente italiano. Naturalmente una insurrección de los disidentes rumanos de
Transilvania tenía que estudiarse atentamente sea por sus aspectos políticos que por los
estratégicos. Tal vez el príncipe Cuza-Voda ya había pensado en esta posibilidad.
Minghetti sabía que era necesario conquistar la confianza del príncipe y conocer
sus intenciones en gran secreto, es decir, sin recurrir a los acostumbrados canales diplomáticos.
De tal forma Viena no se hubiera enterado de una trama que podría haberla dañado seriamente. Si el príncipe se hubiera demostrado receptivo, entonces habría que
resolver el problema de las ayudas al movimiento insurrecto de los rumanos de Transilvania. Llegado a aquel momento, se hubiera apelado a las cancillerías de media Europa.
¿Por qué habían elegido a Emanuele para esta misión secreta? Porque un príncipe romano podía llegar a Bucarest como un rico turista, conocer a los personajes más
4

Marco Minghetti (Bolonia, 1818 – Roma, 1886) fue un politico italiano de derechas que sucedió a Cavour como primer ministro.
5
Camillo Paolo Filippo Giulio Benso, conde de Cavour (Turín, 10 de agosto de 1810 – Turín, 6 de junio
de 1861), fue un político y estadista de la Italia anterior a la unificación.
6
Alejandro Juan Cuza (20 de marzo de 1820, Bârlad, Rumanía - 15 de mayo de 1873, Heidelberg, Alemania) fue un político nacido en Moldavia, que llegó a ser Príncipe (Domnitor, literalmente "Gobernante") de los "Principados Unidos de Valaquia y Moldavia" entre 1859 y 1866. Nacido en Huşi, Cuza pertenecía a una familia de nobles moldavos, siendo el hijo del terrateniente Juan Cuza y de Sultana, nacida
Cozadini (Cozadini era una familia fanariota). Alejandro recibió una educación europea urbana y llegó a
ser un oficial en el ejército de Moldavia (avanzando hasta coronel). Se casó con Elena Rosetti en 1844.
En 1848 la revolución general europea se extendió hasta Valaquia y Moldavia. En Moldavia la sublevación fue suprimida rápidamente, pero en Valaquia los sublevados llegaron a instaurar en el verano su
propio gobierno. El joven Cuza hizo un papel importante y afirmó sus creencias liberales durante la sublevación de Moldavia y fue mandado a Viena como prisionero, y después rápidamente liberado de ahí
con el apoyo de los británicos. Cuza regresó a Moldavia durante el reino del príncipe Grigore Alexandru
Ghica, y fue nombrado ministro de guerra en 1858. Representó a Galaţi en el "divan ad-hoc" de Iaşi, bajo
la protección de los Poderes Europeos (era poco después de la Guerra de Crimea), con el propósito de
nominalizar a un nuevo príncipe para Moldavia. Cuza era un buen orador y sostuvo la unión de Moldavia
y Valaquia. En lugar de un príncipe extranjero, Cuza fue nominalizado en los dos países por "Partida
Naţională", aprovechándose de una ambigüedad en el Tratado de París, que especificaba que los dos países han de tener instituciones distintas, pero no necesariamente dueños. Así, fue elegido príncipe de Moldavia en el 17 de enero de 1859 (5 de enero, calendario juliano) y, después de presión callejera para cambiar el voto, príncipe de Valaquia en el 5 de febrero de 1859 (24 de enero, calendario juliano). Aunque él
y su esposa Elena Rosetti nunca tuvieron hijos, ella crio como a sus propios hijos a Alexandru Al. Ioan
Cuza y a Dimitrie Cuza, que en realidad eran los hijos de su marido con su amante Marija CatargiuObrenović.