Revista Ambiente Siglo XXI. N° 04. Agosto.pdf


Vista previa del archivo PDF revista-ambiente-siglo-xxi-n-04-agosto.pdf


Página 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Vista previa de texto


Volumen 1,



4.

Ambiente Siglo

Página 6

XXI

EL MEDIO AMBIENTE INTERNO
La Memoria del agua y la Homeopatía
Lic. en Psicología
Ana Lía Bonito

“Cuando bebemos agua
cristalina y
pura de un
manantial de
montaña estamos saboreando los
minerales
que el agua
ha traído
desde las
profundidades del subsuelo. Pero
también bebemos la vitalidad del
agua y recibimos energía
por participar en su viaje.”

La idea de que el agua transmite vibraciones e información no es nueva y en
la última década ha despertado gran controversia en los círculos científicos. Desde
hace 200 años el homeopático alemán Samuel Hahnemann apoyado en esta idea,
descubrió que los remedios cargados con
distintas frecuencias ( a diferentes niveles
de resonancia) producen distintos efectos
biológicos. Los remedios homeopáticos se
preparan agitando agua destilada ( agua
pura sin rastro de sustancia física) para
transmitir un mineral o sustancia orgánica al agua. A continuación esta preparación se diluye muchas veces para que en
la preparación no queden rastros de la
sustancia original. O sea, que lo que queda en la microestructura del agua es la
impronta vibracional de la sustancia.
La homeopatía es un método de cu-

ración seguro y suave que actúa bajo el
principio de que “ lo similar cura a lo similar” ; así lo que tiene el poder de dañar al cuerpo también tiene el poder de
curarlo. Pero la homeopatía nunca ha
sido aceptada del todo ni por la ciencia
convencional ni por la medicina ortodoxa.. Fue recién en la década de los 90 ,
cuando el indiscutido científico francés
Jaques Benveniste (a través de los experimentos realizados con métodos científicos convencionales),
pudo demostrar
que el agua tiene memoria. Entre muchos otros trabajos científicos, los experimentos de Benveniste han demostrado
que el agua tiene la capacidad de recordar cuando ha pasado por un campo
magnético y de trasmitir información a
cualquier otra agua con la que entre en
contacto.
El agua no sólo capta y transmite
infornación molecular, sino también
energías extremadamente sutiles. En la
década de los 60 el investigador canadiense Bernard Grad llevó a cabo experimentos demostrando como agua cargada
con pensamientos positivos traían también efectos positivos sobre el crecimiento de la semilla. Al examinar dicha agua
se detectó que los pensamientos positivos habían modificado de manera sutil
pero detectable, los enlaces de hidrógeno
de la molécula del agua .
A pesar de su fluidez y de su capacidad de metamorfosearse en distintos
estados ( líquido, sólido y gaseoso) las
moléculas del agua tienden a adoptar
una estructura estable. Esto es lo que le
permite almacenar la información obtenida de otras moléculas.
Cuando bebemos agua cristalina y
pura de un manantial de montaña estamos saboreando los minerales que el
agua ha traído desde las profundidades
del subsuelo. Pero también bebemos la
vitalidad del agua y recibimos energía por
participar en su viaje.