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MELAKHIM BET

2ª REYES

3:18 Y esto es poca cosa a los ojos de Yahweh; él también entregará a los Moabitas en
manos de ustedes.
3:19 Ustedes conquistarán toda ciudad fortificada y toda ciudad importante; derribarán
todos los árboles buenos, cegarán todos los manantiales de agua y arruinarán con
piedras todo campo fértil.
3:20 Y por la mañana, a la hora en que se presenta la ofrenda de comida, llegaron las
aguas por el camino de Edom, y la tierra se inundó de agua.
3:21 Entretanto, todos los Moabitas habían oído que los melejim subían para combatir
contra ellos; convocaron a todos, desde los que apenas podían ceñirse las armas en
adelante, y se situaron en la frontera.
3:22 A la mañana siguiente, cuando se Levantaron, el sol resplandecía sobre las aguas, y a
la distancia las aguas les parecían a los Moabitas tan rojas como sangre.
3:23 Entonces dijeron: Eso es sangre. Sin duda, los melejim han peleado entre sí, y cada
uno le ha dado muerte a su compañero. ¡Así que ahora, Moab, al despojo!
3:24 Pero cuando llegaron al campamento de Yisrael, los israelitas se Levantaron y atacaron
a los Moabitas, quienes huyeron ante ellos. Luego avanzaro n, atacando constantemente a
los Moabitas,
3:25 y destruyeron las ciudades. Cada uno echó una piedra en todos los campos fértiles, y
los llenaron. También cegaron todos los manantiales de agua y derribaron todos los
árboles buenos. Sólo QirJaréshet quedó con sus piedras, pero luego los honderos la
rodearon y la atacaron.
3:26 Cuando el melej de Moab vio que la batalla se le hacía demasiado difícil, tomó consigo
a setecientos hombres que usaban espada, para irrumpir contra el melej de Edom; pero
no pudieron.
3:27 Entonces tomó a su ben primogénito, el que había de sucederle como melej, y lo
presentó como ofrenda quemada sobre el muro. Hubo una gran ira contra los israelitas,
así que se retiraron de él y regresaron a su tierra.
4:1 Cierta mujer, esposa de uno de los talmidím de los nabíes, le gritó a Elishá: Tu siervo,
mi esposo, ha muerto, y tú sabes que tu siervo respetaba a Yahweh. Y ahora viene un
acreedor para levantarse a mis dos benei como esclavos.
4:2 Elishá le preguntó: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime qué tienes en la bayit. Ella
respondió: Tu sierva no tiene nada en la bayit, excepto un frasco de aceite.
4:3 Él le dijo: Ve y pide prestadas vasijas de fuera, de todas tus vecinas, vasijas vacías;
tantas como puedas.
4:4 Luego entra, cierra la puerta detrás de ti y de tus benei, y echa el aceite en todas esas
vasijas. Cuando una esté llena, ponla aparte.
4:5 Ella se apartó de él y cerró la puerta detrás de sí y de sus benei. Ellos le traían las
vasijas, y ella echaba el aceite.
4:6 Cuando las vasijas estuvieron llenas, le dijo a un ben suyo: Tráeme otra vasija. Y le
respondió: No hay más vasijas. Entonces el aceite cesó.
4:7 Ella fue y se lo contó al hombre de Ha´Elohé, quien dijo: Anda, vende el aceite y paga
tu deuda, y tú y tus benei pueden vivir de lo que quede.
4:8 Un día pasaba Elishá por Shunem; y vivía allí una mujer rica, quien lo invitó
insistentemente a comer; y cada vez que él pasaba, se detenía allí a comer.
4:9 Una vez ella le dijo a su esposo: Mira, yo sé que este hombre que siempre pasa por
nuestra bayit es un kadosh hombre de Elohé.

KITBE HA KODESH RESTAURADA 5994

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