Revista Ambiente Siglo XXI. N° 09. Enero 2008.pdf


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Volumen 1,



9.

Ambiente Siglo

XXI

Página

3

Historias que se repiten
En nuestro país las noticias de derrames de petróleo en el mar no son nuevas. En la primavera de 1991 ocurrió en
Punta Tombo (provincia del Chubut) el desastre ecológico más grande de la Argentina. Aproximadamente 17.000 pingüinos
empetrolados murieron en las costas a pesar de los esfuerzos de numerosos voluntarios que trataron de limpiarlos.
Desde mediados de los años 90 y a lo
largo de la costa atlántica que abarca desde
la Península Valdés hasta San Salvador de
Bahía, el número de pingüinos empetrolados ha crecido en forma paralela a la exportación de petróleo por parte de la Argentina.
Si bien no son grandes derrames, se trata
de una contaminación crónica que provoca
consecuencias difíciles de medir en el resto
de la fauna marina mucho menos resistente
que las aves costeras. La contaminación
crónica es causada por el lavado de tanques
de los buques petroleros en alta mar, y por las pérdidas de combustible desde las plataformas submarinas.
Es obvio que la solución no es crear nuevos centros de rehabilitación de aves empetroladas
o realizar campañas de limpieza cuando ocurren los derrames. Tampoco se trata de prohibir toda
actividad en el mar. La solución pasa por desarrollar estrategias que eviten los derrames y minimicen las consecuencias de eventuales accidentes. También deben crearse áreas protegidas para
favorecer la conservación de la biodiversidad y del patrimonio cultural marino, proteger especies
y ambientes amenazados, recuperar áreas degradadas y stocks pesqueros sobreexplotados, desarrollar marcas de turismo y de pesca responsable y estimular el conocimiento científico.

¿Cómo se lava un pingüino empetrolado?
El proceso de lavado se caracteriza por un baño de inmersión
con una solución de agua y detergente. Uno de los requisitos
más importantes es que la temperatura de la solución de lavado se encuentre entre 38 y 40 ° C. Se realizan masajes
suaves sobre el plumaje a la vez que se va humectando, de
manera de eliminar la totalidad del petróleo. En la región de
la cabeza suele hacerse un lavado delicado con la utilización
de pequeños cepillos que ayudan a la remoción del hidrocarburo. Una vez eliminado el petróleo, se procede al enjuague
utilizando agua también a 40°C. Éste se realiza en dirección
contraria al crecimiento de las plumas (desde la cola hacia la
cabeza); este proceso es muy importante ya que elimina la
totalidad de la solución de lavado, permitiendo al plumaje
recuperar
su
impermeabilidad
natural.
Después del enjuague, el pingüino es colocado en una vivienda, donde la temperatura ambiental es mantenida a 25 °C,
lográndose así el total escurrimiento y secado de las plumas.

“POR UNA CIUDAD CON CRECIMIENTO SOSTENIDO…
Y DESARROLLO SUSTENTABLE”

Municipalidad de Chascomús