Reforma Energetica.pdf
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salud y el medio ambiente, mediante la mayor disponibilidad de fuentes de energía
más limpias.
La iniciativa que se somete a la consideración de esa Soberanía se basa en las ideas
fundamentales de las reformas del Presidente Lázaro Cárdenas consecuentes con la
expropiación petrolera de 1938, destacando que la propiedad y el dominio directo del
petróleo y de todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, en el
subsuelo, son y seguirán siendo de la Nación. De forma análoga, se retoman las ideas
que guiaron las reformas legales cardenistas en materia eléctrica, que buscaban el
desarrollo de un sistema nacional eléctrico basado en principios técnicos y económicos,
bajo la conducción y regulación del Estado.
II. PETRÓLEO Y DEMÁS HIDROCARBUROS
II.1. Retos en materia de hidrocarburos
a) Exploración y extracción
La adecuada extracción y transformación sostenible de los hidrocarburos que pertenecen
a la Nación, representa una oportunidad de desarrollo económico, así como un beneficio
para todos los mexicanos, ya que se pretende ampliar la oferta energética a precios
competitivos. La iniciativa de reforma constitucional que aquí se presenta retoma los
fundamentos cardenistas y dará al país un mayor impulso para aprovechar sus recursos
energéticos.
Si bien en los últimos años se ha tenido un mayor ritmo de inversión, no se ha traducido
en mayor producción. Es decir, se ha gastado más en la búsqueda y extracción de
petróleo, pero se ha producido menos. Al respecto, la iniciativa parte de un hecho
innegable: el petróleo de fácil acceso se está acabando, tanto en México como en el resto
del mundo.
Cantarell, nuestro principal campo, se está agotando. No obstante, México cuenta con
reservas probadas para 10 años de producción, ubicadas mayoritariamente en las aguas
someras del Golfo de México, en donde Petróleos Mexicanos cuenta con amplia
experiencia. Lo anterior da un margen de tiempo suficiente para confirmar la existencia
de reservas y recursos prospectivos de nuevos yacimientos, y eventualmente convertirlos
en producción. El mayor reto exploratorio será reclasificar los recursos prospectivos, los
cuales en su mayoría están localizados en yacimientos de gran complejidad que
demandan capacidades de ejecución e inversión que sólo se pueden alcanzar con la
concurrencia de diversas empresas petroleras. Además, sería inconveniente que la
empresa estatal asuma por sí sola la totalidad de los riesgos inherentes a estas nuevas
actividades.
En materia de producción de hidrocarburos, un reto adicional es el de aumentar el factor
de recuperación de los campos maduros, para lo cual se requerirá el uso intensivo de
técnicas de recuperación mejorada.
Distintos países han ajustado su legislación ante los retos que representa el nuevo
entorno de yacimientos cada vez más complejos, que requieren de grandes inversiones,
compartir riesgos, así como desarrollar y aplicar nuevas tecnologías. Las reformas de
Brasil, Colombia y Noruega dan muestra clara de ello, al diseñar esquemas que
promovieron la producción en yacimientos de petróleo no convencional.