DEL BURGO JI Arzallus o la reencarnación de Sabino Arana. Voz Populi, marzo 2019 .pdf


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humana (…) Es inferior al hombre en cabeza y en corazón. (,,,) ¿Qué sería de la mujer si el
hombre no la amara. Bestia de carga, e instrumento de su bestial pasión: nada más”.

A finales del siglo XIX, Arana gritó por primera vez “¡Viva la independencia de Bizkaya!”, que
convirtió en “su verdadero grito nacional, clarín de guerra y de combate”. Lo hizo en el caserío
de Larrazábal, en Begoña, el 3 de junio de 1893. Pronto se percata de que los 2.217 kilómetros
cuadrados de Vizcaya son demasiado pocos para proclamar una República teocrática e
independiente. Decide que hay que sumar al proyecto a otros territorios vascos Álava,
Guipúzcoa, los territorios vasco-franceses y, por supuesto, a “Nabarra”. Sabino duda en
bautizar la nación vasca con los nombres de Euskeria o Euskalerria. Por fin, recibe la
iluminación del Altísimo que le sugiera inventar un nuevo vocablo: Euzkadi, así con “z”, que
según él significa “reunión de los vascos”. Frente al “Dios, Patria, Fueros, Rey” de los carlistas
opone un nuevo lema para el Partido Nacionalista Vasco: “Jaun-Goikua eta Lagi-Zara”, es
decir, “Dios y Ley Vieja”.

Sabino Arana, un político teocrático y
fundamentalista
Los nacionalistas han impuesto un homenaje permanente a Sabino Arana. En pleno centro de
Bilbao, y como demostración del poderío del PNV, se alza “Sabin Etxea” -la casa de Sabino-,
donde tiene su sede la Fundación que lleva su nombre. Y en los Jardines de Albia colocaron
una gran estatua. Pero a la hora de la verdad el partido oculta el verdadero pensamiento
político del Libertador. No es de extrañar porque Arana es el arquetipo de un político teocrático,
retrógrado, fundamentalista y ultramontano. Cuando sienta las bases de la independencia
vizcaína establece la "anteposición de Jaun-Goikua a Lagi-Zara" de modo que “Bizkaya se
establecerá sobre una completa e incondicional subordinación de lo político a lo religioso, del
Estado a la Iglesia”.

Es, sin duda, el racismo -exaltación de la raza vasca- y la xenofobia -odio a todo lo extranjero,
singularmente a lo español-, lo que convierte su doctrina en especialmente peligrosa. Para
Sabino Arana raza y nación son términos equivalentes. La lengua, el derecho, la geografía o
las costumbres son elementos accesorios. Por eso, el día en que Euzkadi sea independiente
habrá que practicar la limpieza étnica. Sólo pueden formar parte de la Patria vasca quienes
hayan tenido la inmensa fortuna de nacer vascos con un montón de apellidos eúskaros.

Son el racismo y la xenofobia -odio a todo lo extranjero, singularmente
a lo español-, lo que convierte la doctrina ‘sabiniana’ en especialmente
peligrosa
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