EL LIBRO DE LA LIBERTAD.pdf


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oscurecer la verdad a fin de que nadie la conozca salvo nosotros, los elegidos por Yahvé para
salvaguardarla”.

PORQUE ESTA LIBERTAD VIENE DE QUIEN DESDE LA REBELIÓN ha sido condenado a
destrucción, como Isaías 14:16-23 lo advirtió y se cumple: “Se inclinarán hacia ti los que te
vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel lucifer que hacía temblar la Tierra, que
trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus
presos nunca abrió la cárcel? Todos los reyes de las naciones, yacen con honra cada uno en su
morada; pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos
pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado. No
serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo judío.
No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos. Preparad sus hijos de Zion
para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la Tierra, ni llenen de
ciudades la faz del mundo.
Porque Yo me levantaré contra ellos, dice el Innominado, y raeré de Babilonia el nombre y el
remanente, hijo y nieto. Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré
con escobas de destrucción”… y esta es la esclavitud, creer en ellos como dios e hijos de

dios.

SE CUMPLE CON QUIENES COMAN Y HAGAN CARNE EL LIBRO DE LA VERDAD, LA
LIBERTAD DE CONSCIENCIA que en esta hora abro de par en par, para vosotros; porque
despliego este Libro en su Primera Carta, la 8 de Juan Apóstol, en la que resplandece la
Verdad que los Evangelios guardaron para el día y hora de hoy:
“1 y Jesús se fue al monte de los Olivos.
2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y
poniéndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo,
escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado
sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde
los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están
los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo Soy la Luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida.
13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no
es verdadero.
14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque Yo doy testimonio acerca de mí mismo, Mi Testimonio
es Verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde
vengo, ni a dónde voy.
15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
16 Y si Yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no Soy Yo solo, sino Yo y el que Me envió,
el Padre.
17 Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 Yo Soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da Testimonio de Mí.
19 Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi
Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.

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