TEXTO 2.3 Beauvoir por Amelia ValcaÌrcel.pdf
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manifestaciones abundan, tanto en la filosofía como
en otros discursos y saberes. Son tantas que, si no
fuera porque no guardan orden, formarían ya el corpus
teórico de la "mujerología". ¿Por qué no ordenarlas?
¿Por
qué
no
intentar
encontrar
las
corrientes
profundas que las comunican? ¿Por qué no avanzar en
ello hasta dar con su último fundamento, si es que lo
tienen?
Beauvoir contará más tarde que cuando toma la
decisión
de
introducirse
en
los
materiales
que
acabarán constituyendo El Segundo Sexo ella no sabe
apenas qué cosa sea el feminismo y, lo poco que le
suena, le suena a cosa pasada, la lucha por el voto y
luchas ya transcurridas. En en primer volumen de la
obra referida escribe: "Ya no somos como nuestras
mayores unas luchadoras; más o menos hemos ganado la
partida.. hay muchos problemas que nos parecen más
esenciales que los que nos afectan en particular"[3].
Y
en
el
segundo,
feministas
de
"ahora..han
realidad".
Cada
tanto
pasada,
escribe
conseguido
manifiesta
que
las
dominar
la
también
que
su
trabajo no parte de ningún feminismo previo, sino de
sus
propias
necesidades
como
filósofa
existencialista.
El existencialismo ha renovado el arsenal de la
filosofía
y
puesto
delante
de
las
urgencias
del
pensar una serie de tópicos antes no filosóficos: la
intimidad, el yo, la cotidianidad, la finitud, la
edad, la situación. Aunque el existencialismo emplea