Cosmopolitismo como ideal caprichoso.pdf


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unimos, seremos más fuertes, si en vez de tirar una piedra a un musulmán por creer en
Mahoma, acepto su diferencia y lo respeto, estableciendo un diálogo con él y una
relación positiva y productiva, el mundo sería un lugar mucho mejor. Si somos egoístas
y queremos preservar nuestros derechos, el cosmopolitismo es la mejor solución, así
estarán protegidos. En un estado global, toda conducta siempre que no atentase contra
las demás sería respetada y todos podríamos alcanzar la felicidad sin que nadie pusiese
pegas, cada uno podría vestir como considerase oportuno, llevar el corte de pelo que
quisiese, ser adepto de la religión Jedi o ser zoroastrista, al fin y al cabo, si no hacemos
daño a los demás, no es de recibo ni necesario que a nosotros nos hagan daño, tampoco
nos lo merecemos. En cambio, si nos separamos, podríamos empezar una guerra, ya que
cada vez generaremos grupos más pequeños, hasta casi quedarnos completamente solos;
así, todo sería mucho más complicado, las personas que perteneciesen a otra cultura
podrían discriminarme, insultarme y/o agredirme únicamente por ser diferente de ellos,
ya que no están dentro de ese estado que anteriormente proponía en el que todos somos
completamente distintos, pero todos nos respetamos y nos consideramos seres humanos.
De momento no soy capaz de colocar las bases para ningún gobierno de esta
índole, todavía no estoy preparado y no sé si algún día de mi vida lo estaré. A pesar de
que podríamos llegar al cosmopolitismo a partir del individualismo, también podríamos
hacerlo de otra manera bien distinta, la cual es la que a mí me convence de manera
importante y no se escapa demasiado del ideal estoico. Está claro que todos somos
diferentes: blancos, negros, altos, bajos, robustos, delgados, pobres, ricos…, pero
también está muy claro que todos somos seres humanos: tenemos piernas, brazos,
cabeza, tronco, gozamos de capacidades prácticamente iguales, sabemos hablar una
lengua, tenemos un sistema de creencias, diferenciamos los mismos colores del espectro
visible, tenemos que beber para vivir, tenemos cinco sentidos, tenemos el cuerpo lleno
de pelos, nos reproducimos, vivimos en casas, etc. A los ojos de un extraterrestre somos
exactamente iguales, no guardamos casi ningún tipo de diferencias. En el fondo,
nacemos de un padre y una madre, nos alimentamos, crecemos, estudiamos, obtenemos
un trabajo, nos entretenemos, ganamos dinero para tener comodidad y seguridad,
envejecemos y morimos. A veces es positivo pertenecer a uno u otro lugar, puede
traernos muchas ventajas, por ejemplo, ser ciudadano español, hace que tengamos una
conexión con el resto de Europa mucho más íntima que si fuésemos ciudadanos de otro
país en otro continente como podría ser Egipto, pero, ¿y si gozásemos de ese tipo de
ventaja en cualquier país que naciésemos y viviésemos? Si nos esforzásemos,