Necul, relatos y anécdotas de un halconcito gris.pdf


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Un regalo de navidad atrasado.
Caminando el campo en una jornada de caza con Aukan, mi macho de Parabuteo y acompañado de un
conocido que se había acercado para vernos cazar cuises (Cavia aperea) la charla se desliza hacia la
abundancia de presas que poseía el terreno. Henderson, mi pueblo de origen y donde me inicie con la
práctica de la cetrería está ubicado en el centro oeste de la provincia de Buenos Aires, en pleno corazón de
la pampa húmeda. Es el paraíso para todo aquel que quiera hacer cetrería, la variedad de presas es de lo
más amplia y el abanico es suficiente como para cubrir las necesidades del halconero más exigente. Ya sea
que nos dediquemos al alto o bajo vuelo vamos a encontrar
presas para todos los gustos. Allí abundan los teros (Vanellus
chilensis), la perdiz chica (Nothura maculosa) y la colorada
(Rhynchotus rufescens), acuáticas de todas formas y colores, una
infinidad de paseriformes y para el que gusta de la caza del pelo
la liebre europea y mi favorito…el cuis. Es decir que viviendo ahí
podría haber elegido la especie de rapaz que sea que seguro le
encontraba una presa acorde a sus necesidades.
La persona que me acompañaba observa todo esto y me dice “vos acá tendrías
que volar un peregrino, es el lugar ideal para un cassini lo podrías explotar
tranquilamente”. Mi respuesta fue clara… por ahora no pienso meterme en la
altanería a demás ya le encargue a Sergio (Fazio) uno de los pichones de grises
(Spiziapteryx circumcinctus) que nacieron en estos días. A partir de ese momento
cada persona con la que hablaba sobre el tema me hacía el mismo tipo de
comentarios “¿para que queres ese pajarito que solo come grillitos y lagartijas?”
“¿no pierdas el tiempo, no vas a cazar nada con él, mejor vola otra cosa?” “yo los
vi en Santiago (Santiago del Estero) y son súper oportunistas, para cetrería no
andan. Se la pasan arriba de los postes de la luz y de ahí bajan a agarrar bichitos”
Como buen porfiado que soy esos comentarios solo hacían que mi ansiedad por
tener al ave fuera creciendo. Yo quería ver que era capaz de hacer con ella y si
realmente era como decían poder demostrarlo con
hechos.
En los casi dos meses que siguieron me dedique a buscar toda la información
que fuese posible sobre esta especie, trate de contactarme con gente que los
hubiese volado, que los viera en el campo y pudiera describirme realmente
cual es su comportamiento o que supiera algo por mínimo que sea. La
información que hay es casi nula, no logré encontrar ni la media de su peso.
Algunos con quienes hablaba me decían que en el campo los veían y que eran