PARABOLAS PARA FORMAR EN VALORES.pdf


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o influirás positivamente en su conducta o en sus vidas. Ponte junto al alumno
con bondad, con sencillez y con alegría, respeta su ritmo de aprender, su modo
de ser. Trata de ser su amigo, y no olvides que “un amigo es alguien que sabe
quién eres, que sabe por dónde has andado, que sabe todo lo que has hecho y, a
pesar de todo, te invita y te ayuda a ser mejor”.
Cada alumno es distinto e irrepetible, es “modelo único”, que tiene una
misión en la vida y que cuenta contigo para conocerla y realizarla. Trata de
esforzarte por llegar a ser tú mismo y, de este modo, estarás enseñando, sin
necesidad de palabras, a tus alumnos a serlo. Sé siempre verdadero, coherente.
Si Jesús nos dijo que la verdad nos haría libres, es también cierto que sólo los
libres pueden ser verdaderos.
Dios nos creó a todos creadores. Creadores del mundo y creadores de
nosotros mismos. Lo que nos distingue de los animales es la capacidad de
construirnos, de autocrearnos, de ser alfareros de nosotros mismos transformando
el barro de nuestros talentos y posibilidades en vida y en felicidad. El arte de la
vida consiste en hacer de la vida una obra de arte.
Alienta a tus alumnos a que asuman el reto de su libertad. Ser libre no es
hacer lo que me viene en gana, sino hacer aquello que me realiza plenamente.
Invita, anima, ponte al lado del alumno, pero no impongas: Que sea él el que
decida. Sé como Jesús, que sólo propone, invita y ayuda. Es lo que escribió el
Beato Pedro Ruiz de los Paños, el fundador de las Discípulas de Jesús: “Dios no
avasalla, no impone. Dios llama y espera. Dios se porta siempre como padre y no
usa términos de violencia. Presenta la gracia, ofrece el tesoro, pero no nos obliga
a abrirle por la fuerza. Espera pacientemente en la puerta, hasta que le abrimos”:
***
Cuentan que el artista Holman Hunt pintó un cuadro de Jesucristo llamando
a la puerta de su casa. Reunió a sus amigos artistas y les pidió que miraran el
cuadro con ojo crítico, para ver si detectaban algún error. Durante un buen rato lo
estuvieron observando y sólo tuvieron palabras de admiración tanto para el
cuadro, como para el pintor.Ante la insistencia de Hunt de que lo siguieran
mirando pues sin duda tendría algún defecto, uno de los artistas más jóvenes ,
dijo:
-Sr. Hunt, creo que he encontrado un grave error en el cuadro. Se olvidó de
pintar el pestillo de la puerta.
-Amigo mío –le respondió Hunt-, cuando Cristo llama a la puerta de tu casa,
sólo se puede abrir desde dentro.

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