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EL
JARDÍN
DE LAS
MIL
RISAS
El frío cubría mi cuerpo entero, estaba
desnuda, recostada sobre una tabla de
madera que lastimaba mi cuerpo con sus
desgastadas astillas
LEONARDO MATÍNEZ
poder distraer su mente en algo, pues él decía que
correr por la mañana en contra del viento que
rozaba su rostro, lo hacia sentir que mi madre lo
Eran como la 1:00 de la mañana, cuando de nuevo
comencé a escuchar esas molestas risas, risas que
estremecían cada parte de mi cuerpo, que incluso
podían hacer que mis manos comenzaran a sudar y el
latir de mi corazón se volviera aceleradamente
inevitable. El frío, irritante como cada madrugada, no
podía ni siquiera levantarme de la cama, mis manos y
pies estaban enterrados en el jergón donde estaba
reclinada, y mucho menos podía asomarme por la
ventana para saber que era lo que pasaba. Así que, como
todas las noches solo trababa de olvidar.
acariciaba, para no sentirse tan sólo. Él solía ser un
No tenia mucho tiempo que acababa de llegar al
alguna manera así debía de ser. Pero, no podía
vecindario, dos semanas quizá. Todo era muy raro
negar que desde mi llegada, un extraño sentimiento
aquí, no había muchas personas, solo dos casas
de inquietud y miedo corría por mi piel cada vez
estaban habitadas además de la mía, el lugar tenia
que caminaba cerca de la casa del Sr. Mors, que se
un aspecto muy tétrico, pero tenia que
encontraba tan solo a unos metros de mi nuevo
acostumbrarme, pues este seria mi hogar de ahora
hogar.
en adelante. Tenia que verlo como una oportunidad
El Sr. Mors es una anciano, de unos 60 años tal
o mejor dicho un nuevo comienzo, después de
vez, mi nuevo vecino. Es un tipo bastante raro, de
todo, la tranquilidad que se respiraba en el aire me
un aspecto muy peculiar. Desde que llegué, he
ayudaría a asimilar el óbito de mi madre.
notado que viste de la misma manera, utiliza un
Mi padre, -un hombre de aspecto muy duro y
overol descolorido, descuidado y muy sucio, usa
fuerte- salía muy temprano a correr, tal vez para
unas botas de plataforma que
hombre muy trabajador, alegre y muy activo, pero
después de que mi madre murió, su corazón y
alegría parecía haberse ido con ella, estaba muy
deprimido.
Las cosas parecían marchar bien del todo, de
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