PLAN DE CONSTRUCCIÓN DE VIVENDAS EN SUBENCION.pdf


Vista previa del archivo PDF plan-de-construcci-n-de-vivendas-en-subencion.pdf


Página 1 2 34530

Vista previa de texto


jamás puedan ver los resultados de su trabajo porque al final solo unos podrán acceder a unos pequeños
terrenos que los monopolistas les suelten.
El circulo empieza con el terrateniente, luego cuando este vende un terreno a cualquier persona esta
queriéndolo o no se vuelve tan especuladora como el primero pues no querrá perder el dinero que invirtió,
es mas cualquier habitante de la ciudad podría convertirse en un especulador sin más trámite que invertir
los ahorros de toda su vida o su capacidad de crédito en la compra de un lote o una casa. A esta persona
solo le queda una opción continuar con el circulo y esperar y esperar tres, cinco o diez años para que la
vivienda o el lote que había adquirido doble en su precio, aunque el valor real y no especulativo es
exactamente el mismo. La rentabilidad que logran mediante esta práctica arbitraria no es ningún secreto,
pero, ya está llegando a niveles ridículos vemos los avisos en los periódicos lotes que pasan las cifras de
los 6 o 7 dígitos y en dólares estadounidenses. En adelante a este fenómeno económico-urbano lo
llamaremos especulación inmobiliaria o circulo de especulación urbana.
I.2.2.- La especulación inmobiliaria frente a las políticas de desarrollo de los estados.- La
especulación de los terrenos, nacen del monopolio de las tierras urbanas, pues tal como si hubiese un
dueño de los mares y este nos prohibiese acceder a los frutos de los mares o nos cobrase la suma que el
dueño de los mares desease: crearía terribles injusticias…
Pues de la misma manera la existencia de
los dueños de las tierras junto con los especuladores llamados también engordadores de terrenos han
generado innumerables injusticias: de un lado pocas personas estériles que viven lujosamente del trabajo
del pueblo y del otro; miles de personas que apenas pueden pagar el alquiler o el anticrético, es decir que
nos está generando: de un lado, los pocos oligarcas millonarios y del otro; los desempleados y pobres,
engendra ladrones, jugadores y lacras sociales de todas clases, los que requieren gran empleo de dinero y
de energía en guardias, policías, tribunales, cárceles y otros medios de defensa o represión. Produce en
toda el mundo una amarga lucha por la existencia que a menudo ha llegado al fratricidio, es más: la
negación al acceso de la tierra es la que impulsa al alcoholismo, las decepciones, amarguras, rencores,
fuertes preocupaciones y todo eso a diario extiende la locura y es causa de que los hombres gasten su
tiempo, sus energías, y sus fuerzas en combatir y luchar unos con otros en vez de dedicar todo ese
montón de energías a la producción honrada, Junto a la perdida de moral, todo esto implica una enorme
pérdida económica que en el presente documento pretendemos salvar.
I.3.- Hipótesis.- Según las enseñanzas de nuestros abuelos el suelo no es producido por nadie, sino que
es algo dado por la naturaleza a todos los hombres como condición para su existencia; todo desde la
alimentación, vestimenta, vivienda, trabajo, etc. Mientras se tenga de tierra no tiene por qué carecer de
todas estas necesidades básicas. Es por eso que el acceder al suelo se identifica con derecho a la vida.
Según esta concepción económica el acceso universal a un lote es un derecho fundamental de las
familias y de cada persona, es un aspecto esencial de la seguridad económica de la familia, y a su vez una
familia económicamente estable también significa un municipio económicamente estable, comprender
esas enseñanzas en plenitud supone avanzar en la formación de un nuevo patrón de desarrollo económico
y social, ignorarlo significa empeorar los estados de hambre, pobreza, desempleo y marginalidad.
Palabras del Jefe Seattle de la tribu Suwamish al presidente de los Estados Unidos en 1855 “El
Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos
envía palabras de amistad y buena voluntad (…) Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de
no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras (…)
¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos
dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? (…)
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de
tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La
tierra no es su hermano sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino
(…) Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar,
saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra
y dejará tras sí sólo un desierto (…) Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el
hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo
lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo
sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia”.
La carta del Jefe Seattle es una verdadera obra maestra de los principios económicos que regían antes
de la colonia para una vida en concordia. Según esta visión la Tierra es el mundo dentro el cual los seres
humanos deben vivir en comunión y armonía entre sí, esos eran los únicos fines y los más importantes,