8 cosas para recordar cuando todo vaya mal.pdf


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2. Todo en la vida es temporal.
Cada vez que llovió, paró. Cada vez que te lastimaste, sanaste. Siempre después de la
oscuridad, hay luz; se te recuerda esto cada mañana, pero aun así a menudo se te
olvida, y crees que la noche durará por siempre. Pero no lo hará. Nada dura para
siempre.
Así que si las cosas están bien ahora, disfrútalo. No durará por siempre. Si las cosas
están mal, no te preocupes porque tampoco durará por siempre. Sólo porque la vida no
sea sencilla en estos momentos, no significa que no puedas reír. Sólo porque algo te
moleste, no significa que no puedas sonreír. Cada momento te da un nuevo
comienzo y un nuevo final. La vida te da una segunda oportunidad, cada segundo.
Sólo tienes que tomarla y hacer lo mejor de ella.
3. Preocuparte y quejarte no cambian nada.
Los que más se quejan, logran menos. Siempre es mejor tratar de hacer algo
grande y fracasar, que tratar de no hacer nada y tener éxito. No se termina solo
porque hayas perdido; se termina cuando no hagas más que quejarse. Si crees en algo,
sigue intentándolo. No dejes que las sombras del pasado oscurezcan las puertas de tu
futuro. Pasar el día quejándote por lo de ayer no hará tu mañana más brillante. En lugar
de eso, actúa. Deja que lo que has aprendido mejore la forma en la que vives. Haz
cambios y nunca mires atrás.
E independientemente de lo que suceda en el largo plazo, recuerda que la verdadera
felicidad comienza a aparecer sólo cuando dejas de quejarte de tus problemas y
empiezas a estar agradecido por todos los problemas que no tienes.
4. Tus cicatrices son símbolos de tu fuerza.
Nunca te avergüences de las cicatrices que la vida te ha dejado. Una cicatriz significa que
el dolor pasó y la herida cerró. Significa que conquistaste el dolor, aprendiste una
lección, te hiciste más fuerte, y seguiste adelante. Una cicatriz es el tatuaje de un
triunfo del que tienes que estar orgulloso. No permitas que tus cicatrices te
mantengan como rehén. No permitas que te hagan vivir tu vida con miedo. No puedes
hacer que las cicatrices de tu vida desaparezcan, pero puedes cambiar la forma en que
las ves. Puedes empezar a ver tus cicatrices como signos de fortaleza y no de
dolor.
Rumi dijo una vez: “La herida es el lugar por donde la luz entra.” Nada podría estar más
cerca de la verdad. Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes; los personajes
más poderosos del mundo están cubiertos con cicatrices. Ve tus cicatrices como una
etiqueta que dice “¡SÍ! ¡LO HICE! ¡Sobreviví y tengo mis cicatrices para probarlo! Y ahora
tengo la oportunidad de crecer aún más fuerte.”

Calle Juan Aldama #1716, esq. Periférico Carlos Pellicer Cámara, Col. Tamulté de las Barrancas,
C.P. 86150, Villahermosa, Tabasco.

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