REVISTA NUMERO 27 CANDÁS EN LA MEMORIA.pdf


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Domingo de Oviedo, fray Lorenzo Barañono el 22 de Junio de 1726162. Domingo Antonio García debió realizar la
transcripción para dejar constancia de su designación por el prior del convento de santo Domingo de Oviedo, fray Miguel Menéndez, y de sus funciones recogidas en el nombramiento de su antecesor. Éstas son: recibir a
los cofrades, bendecir rosarios, rosas y candelas para la hora de la muerte y dirigir espiritualmente la Cofradía. No
ha quedado constancia de la trascendencia del cargo, ni las causas que motivaron su creación ni de su pervivencia
después de 1735, pero en 1743 el recibimiento de los
nuevos cofrades era realizada por el mayordomo y el párroco163.
Del escribano tan sólo ha quedado constancia de los ingresos de Martín Martínez de la Uz en 1694 y de su hijo José
Martínez del Busto quince años más tarde. Sus tareas incluían participar en las misas, actos y servicios para el culto
divino programados por la Cofradía, encargarse de los autos del Gremio, remates del quiñon, fianza y pago de
impuestos, todo ello de forma desinteresada. Tampoco nos ha quedado huella alguna sobre su importancia real o
sobre sus sustitutos, si los hubo.
De los otros tres colaboradores sólo conocemos su salario, en el caso de uno, por razones obvias, sus funciones,
que intuimos en los otros dos. El sacristán de la Iglesia aparece en las partidas de gasto de forma continuada desde
1691, reflejando un salario irregular y tendente a la baja164 como se observa en el siguiente cuadro
Años Salario (en reales)
1695-1698
68
1698-1699
70
1699-1700
78
1700-1702
68
1702-1703
71,5
1703-1720
70
1721-1760
50
1760-1762
52
1763-1764
54
1764-1771
50
1771-1775
58
1775-1795
50
El sacristán de la capilla aparece en la documentación en 1770, manteniendo su asignación de 40 reales anuales
hasta 1789.
Si la sacristía se define como “anejo de la iglesia donde se conservan los vasos y ornamentos sagrados, destinada
asimismo al revestimiento de los oficiantes”165las labores de ambos sacristanes debieron consistir ala igual que
las de su homólogo del Santo cristo, en cuidar de las prendas, ornamentos y útiles que la Cofradía utilizaba en actos
litúrgicos cotidianos y fiestas señaladas.
Por último el organista aparece en 1769 y hasta 1795 su remuneración permanece inalterada en 150 reales anuales.
CONCLUSIÓN
La administración de la cofradía del Rosario estaba a cargo de cofrades elegidos de entre aquellos miembros
que poseían una determinada capacidad económica. Sus funciones se hallaban perfectamente reguladas y su cumplimiento controlado tanto por los cofrades como por órganos externos e internos nombrados con este fin.
Pero la cofradía del Rosario no deja de ser una extensión del Gremio de Mareantes, y así lo entienden sus
miembros, cada vez más reacios a la intromisión en asuntos administrativos de los representantes eclesiásticos. De esta forma las ordenanzas de 1786 proporcionan la cobertura legal que parece anhelaban los cofrades.
162 APC Ibid Año 1735
163 APC Ibid año 1743
164 APC Ibid (1661 – 1734)
165 Fatas G y Borrás G Diccionario de términos de Arte y elementos de Arqueología, heráldica y numismática pag
210 ed 1990
CONTINUARÁ

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