viuda soledad
la sangre ardiendo no nos garantiza de permanecer vivos
no nos escribe nuevas historias ni nos asigna nuevos parlamentos
el dolor jadeado no nos garantiza la venganza a los rendidos
no nos hace gigantes ni nos deshabita buscando propios defectos
es que el destino no es consecuentemente una sala de espera
no es la tumba de tanticos lamentos que asumen el oficio de la ciegues
no es la palabra a quien dejamos rondar nuestros hábitos
y la pereza
de ridiculizarnos apenas redoblamos campanas ante la misógina estrechez
no creo atentar contra mis pensamientos cuando describo esta insensatez
de ver al mundo desde la cornisa y de sacar provecho de mi viuda soledad
no espero ser más ingrato de lo que me ha tocado perder
ni siquiera soy dueño de lo que deseo aun cuando la desmemoria es tu vino
pero también es mi pan
no te culpo de reconocer que no todos los caminos llevan a roma
y que los caracoles no nos conectan al mar
ni dibujan en su andar eternas primaveras
no me culpes de arrepentirme de este somnoliento descanso en proa
esta noche de lluvia sin faros ni costas
sin malas intenciones
pero sin reglas
es que estos últimos años me ido perdiendo por donde la piel no muere
y donde la verdad es incienso para quien habita sobre los espejismos del tiempo
como la gota que ensuciará el mar del narcisismo que alimenta tu duende
que encanta perfumando con flores muertas pero que derrumba de incomprensión
nuestro lecho
hoy escribiré para quien le toque leerme que no es necesario morir
para matar los malos espíritus
y dejar el camino andado envuelto en este poema
hoy escribiré para quien necesite entender que no es posible vivir
cuando se muere de angustia aquello que por amor
eternamente regresa
te dejo las palabras rendidas y el sol tras las nubes
prometo no asfixiarme en tu olvido y volver cuando renuncies a poseerme
no te he permitido ser tuyo tantos años para que inconscientemente me culpes
de todo lo que el desgano arbitra cuando el corazón es nieve pura en la pendiente
te dejo los libros que te han costado entender y los arboles sin bosques
que han sabido ser pulmones de tanta falta de comunicación
intención y pasión
este ha sido el día perfecto para dejar de ser aquellos dos que aun no conoces
y que extrañarás sin saber que vivieron moviendo montañas
para ahogarse de incumplido amor