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SHIR HASHIRIM

CANTAR DE LOS CANTARES

2:14 Palomita mía, que te escondes en las hendijas de la peña y en los sitios secretos de las
terrazas: Déjame ver tu figura; hazme oír tu voz. Porque dulce es tu voz y preciosa tu
figura.
2:15 Atrápennos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas, pues
nuestras viñas están en flor.
2:16 ¡Mi amado es mío, y yo soy suya! El apacienta entre los lirios
2:17 hasta que raye el alba, y huyan las sombras. ¡Vuelve, oh amado mío! Sé semejante al
venado o al cervatillo sobre los montes de las fragancias.
3:1 De noche, sobre mi cama, buscaba al que amo. Lo busqué, pero no lo hallé.
3:2 Pensé: Me Levantaré e iré por la ciudad, por las calles y las plazas, buscando al que
amo. Lo busqué, pero no lo hallé.
3:3 Me encontré con los guardias que rondan la ciudad, y les pregunté: ¿Han visto al amor
de mi vida?
3:4 Tan pronto como pasé de allí, hallé al amor de mi vida. Me prendí de él y no lo solté,
hasta que lo traje a la bayit de mi madre, a la habitación de la que me concibió.
3:5 ¡Júrenme, oh hijas de Yahrusalaim, por las ciervas y por las gacelas del campo, que no
despertarán ni provocarán el amor, hasta que quiera!
3:6 ¿Quién es aquella que viene del midbah como columna de humo, perfumada con mirra,
incienso y todo polvo de mercader?
3:7 ¡Miren! Es la litera de Shelomoj. Sesenta valientes la rodean, de los más fuertes de
Israel.
3:8 Todos ellos ciñen espadas y son diestros en la guerra. Cada uno lleva espada al cinto
por causa de los temores de la noche.
3:9 El melej Shelomoj se hizo una carroza de madera del Levanón.
3:10 Sus columnas eran de plata, su respaldo de oro, su asiento de púrpura; y su interior
fue decorado con amor por las hijas de Yahrusalaim.
3:11 Salgan, oh hijas de Tzión, y vean al melej Shelomoj con la diadema que le ciñó su
madre en el día de su boda, el día en que se regocijó su .
4:1 ¡Qué bella eres, amada mía! ¡Que bella eres! Tus ojos son como de palomas, mirando a
través de tu velo. Tus cabellos son como manada de cabritos que se deslizan por las
laderas de Guilad.
4:2 Tus dientes son como rebaños de ovejas trasquiladas que suben del lavadero: que
todas tienen mellizos, y ninguna hay sin cría.
4:3 Tus labios son como hilo de grana, y tu boca es bella. Tus mejillas parecen mitades de
granada, a través de tu velo.
4:4 Tu cuello es como la torre de Dawid, edificada para armería: Mil escudos están colgados
en ella, todos escudos de valientes.
4:5 Tus dos pechos son como dos venaditos, mellizos de gacela, que se apacientan entre
lirios.
4:6 Me iré al monte de la mirra y a la colina del incienso, hasta que raye el alba y huyan las
sombras.
4:7 Eres toda bella, oh amada mía, y en ti no hay defecto.
4:8 ¡Ven conmigo del Levanón! ¡Oh novia mía, ven del Levanón! Desciende de las cumbres
del Amaná, desde las cumbres del Senir y del YirmeYahmón, desde las guaridas de los
leones y desde los montes de los leopardos.

KITBE HA KODESH RESTAURADA 5994

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