El Día de Zamora. Viernes 14 Noviembre 2014.pdf


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EL DÍA DE ZAMORA

LA ÚLTIMA
MUSA
Nunca sentí frío mientras fui
tu sombra. Ahora, el viento del
septentrión golpea mis ojos
y recuerdo el calor de la luna,
paseando desnudos por la playa
de la ucronía.

EL COTILLA
ALUDIDOS Y DEMÁS
redaccion@eldiadezamora.es

Le dio por grabar sus momentos
más gozosos con el móvil. Ahora, se
arrepiente de enviarlos a individuas
nada recomendables.
Dieron mucho qué hablar durante años.
Ahora, que ya apenas se ven, la gente
sigue buscando una causa a la distancia
que media entre dama y vagabundo.
Luego dicen que somos una ciudad de
Cotillas. ¿Por qué será?

Tiene envidia de su can, porque las
féminas dedican sus miradas al perrito,
mientras él pasa desapercibido. Ha
dicho a sus amigos que lo va a donar a
alguna asociación canina.

El rumor es que, antes o después, habrá
noticia de alcance nacional. Pero pasan
las semanas y... nada de nada. Hay gente
que le tiene muchas ganas. A mí me da
igual que triunfe o fracase.

Este colectivo es tan mal educado que
los sujetos que lo integran son muy
criticados por los funcionarios. Incultos
y sin clase. Así les va.

Llama la atención porque es el menos
agraciado del grupo, pero sus colegas
saben que, además, es el más malo.

Carece de sentido del ridículo. No
habla, vocea, y se presenta en público
dando el cante. No se ganan, se heredan
elegancia y blasón. Este tipo no ha leído
a Manuel Machado.

De repente y porque sí, adiós árbol.
Quitaron el andamio de Víctor Gallego,
por fin, pero con él desaparece un árbol
que daba verde a muchas miradas y
alegraba a los vecinos. Aún se preguntan
el porqué de la tala.

El síndrome del doble check azul
No teníamos bastante con el check, el doble check y el “dónde estás que te ha llegado y
no me contestas”... Ahora los señores de la App más exitosa de los dispositivos móviles quieren hacernos más difícil esto del amor, o lo que sea, y más fácil el decir adiós.
Un mito, una inocente nueva característica, una ventaja sencilla... ¡Ja! Empiezo a
sospechar que detrás se encuentra algún grupo malvado anti parejas, de abogados
de divorcios o alguien que odia el amor. ¡Pero es que el doble check no son mis ojos!
Sí, lo sé, no voy a negar que como buena lechuza que es una, vivo estampada contra
una pantalla, táctil, eso sí, pero no significa eso que mis dedos tengan que contestar al momento, mi cabeza esté ya despierta o no esté caminando por la calle bajo
la lluvia. Hombreeee. Y ya que este invento diabólico puede servir para las mentes
calenturientas de mucha celosa o posesivo compulsivo, os diré, mis queridísimos amigos, que igual que se inventa
para cazar, se inventa para escapar, sin tener en cuenta que te puedes quedar sin batería, fuera de cobertura, en un
país lejano o leyendo en sueños.
Obsesivos, inestables, incrédulos, inseguros, decaídos, estos son los adjetivos del nuevo WhatsApp y, pobres, el resto, los normales, ¿a ver cómo cuelo yo ahora que a veces, simplemente, no apetece contestar?

Semana del 14 al 20 de noviembre de 2014

RES PUBLICA

Lord Byron

Vulgares
Sostengo que en esta ciudad pretérito hay mejores comerciantes que periodistas. Cierto que
también hay mucho tendero, gente que sigue
creyendo vivimos aún en el siglo XIX o, si me
apura, a principios de la centuria pasada. Pero
hay comercios en Zamora que podrían ubicarse
en cualquier calle principal de grandes ciudades. Sin duda.
Un amigo de un servidor, personaje extraño,
raro, anormal, con algún toque de genialidad,
pronunció un día un aserto demoledor, y se quedó tan tranquilo: “En esta Zamora, todos somos
unos mediocres: médicos, abogados, ingenieros,
empresarios, políticos y, sobre todo, periodistas,
y, además, en algún caso los habéis importado.
Los que, de verdad, poseían talento, se fueron.
Aquí, solo prima la vulgaridad”. No me permitió replicarle. Por supuesto, no me defendí de
la acusación. Di por hecho que un servidor es
uno más entre la gente simple que habita en este
mundo gris de la Zamora triste, resentida, desconfiada.
Ser mediocre, en principio, es una rémora para
quién carece de talento, siempre que ese tipo de
ser humano se conforme con alcanzar la cota
que le permita su escaso talento. Yo mismo soy
lo que soy, un don Nadie: llegué dónde mi corto
intelecto me aupó. No maldigo mi suerte, como
el de la copla, asumo mis carencias y metabolizo la parquedad de mi mente. Pero existe un
mezquino con mucho peligro para la sociedad,
aquel que persigue al talentoso, al erudito, al que
destaca. Esta variante del personaje mediano
impera en Zamora, tanto que la gente brillante,
cuando encuentra una rendija, se escapa de la
ciudad reserva y nos deja a los demás ahogándonos en ese líquido viscoso que forman la envidia, la sordidez, la calumnia. Ahora, con esto
del Bosque Encantado, idea de un zamorano
que triunfó lejos de su lar, uno que se fue para
que no se lo comiera la vulgaridad, el comercio
zamorano ha mostrado sus distintas caras: la del
talento y la de la vulgaridad, la del comerciante
y la del tendero, porque hay de todo en uno y
otro bando. El malo hace malo hasta el bueno.
El tendero condena al comerciante. Dijo Neruda
que Federico García Lorca era un multiplicador
de la hermosura. Aquí, el poder no exige que
seamos vulgares. Amén.

Edita: Viriato Press, SL
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de sus palabras y opiniones. Como dice otra gran revista
“¡Qué cada palo aguante su vela! Feliz semana.