parte importante de su antiguo reconocimiento donde el concepto de “excelencia”
se vio directamente afectado. Sin establecer más preámbulos, sabemos que no se
debe instrumentalizar estas plataformas de organización en beneficio de partidos
políticos e intereses individuales, como también tenemos la férrea creencia de que
no se puede visualizar a nuestro cuerpo de organización –CEDe- como una
catapulta de maximización de intereses personales, o bien, de unos pocos, sin que
prevalezca el interés general de nuestra comunidad estudiantil. No estamos
buscando un lugar donde ensayar o improvisar, ni mucho menos, en razón de los
eventuales cargos que podríamos llegar a ejercer, sacar de estos provechos
personales. Consideramos esencial que en nuestros ideales exista una constante
praxis del bien común y de la sociedad universitaria y por los cuales trabajaremos
día a día, sustrayéndonos de las conjeturas y ambigüedad que genera la actual y
desgastada política universitaria, en pocas palabras, nuestra lealtad es Centralina.
Siguiendo las reglas no escritas del trabajo en equipo, de la organización y
la gestión, ha quedado en completo manifiesto que nuestro fin no es otro que
llevar a cabo nuestro programa pensado en pro del estudiantado y del prestigio de
nuestra escuela, además de levantar aquel sentir de otrora de percibir una Escuela
de Derecho como una cofradía con ribetes de intimidad y familiaridad,
comprometida con el acontecer social- nacional adhiriéndose el compromiso con el
futuro de sus estudiantes que se ha perdido, como consecuencia de que existe una
desigualdad e indiferencia en aquellos que hoy conformamos la Escuela de
Derecho de la Universidad Central. Pretendemos traer nuevamente a la actualidad
aquel sentimiento de unidad, empatía y altruismo al seno de nuestra facultad, en
virtud de un trabajo solidario, un compromiso real, y afecto con la escuela y con la
contingencia del estudiantado.
En

consecuencia,

queremos

cautivar

y

revitalizar

la

participación

universitaria, con mecanismos que fomente la discusión y el debate de ideas, ya
que no se puede desconocer que nuestros pensamientos distintos constituyen los
bordes de la conducta grupal universitaria, entendiendo que para este tipo de

5