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S ur y O este

Actualidad

Agosto 2013

3

Comarca

El supuesto autor de los 19 incendios del mes de julio en la Sierra
Oeste es un guardia civil que ya ha sido detenido por sus compañeros
l agente Enrique E. L., de
30 años, destinado en el
cuartel de Navas del Rey,
ha ingresado en prisión provisional comunicada y sin fianza, después de que fuera detenido la
noche del 1 de agosto por agentes del Servicio de Protección de
la Naturaleza (Seprona). Está
acusado de haber causado al
menos 19 fuegos en la zona de la
sierra suroeste de Madrid, en
especial desde el pasado 17 de
julio. Fueron sus propios compañeros de cuartel los que sospecharon de él al ver que actuaba
de una forma rara en las últimas
semanas del mes de julio.
El primer siniestro que se le
imputa ocurrió a las once de la
mañana del 17 de julio cuando
aprovechó, supuestamente, una
pista forestal para provocar un
fuego con seis focos. La rápida
intervención de los equipos
terrestres y aéreos que estaban en
el fuego cercano, de Almorox,
permitieron extinguirlo en una
hora. En un solo día llegó a
intentarlo hasta en ocho ocasiones. Según fuentes de la investigación, aprovechaba cuando
salía de servicio o los días que
tenía libre para irse al monte y
pegarle fuego.
Una portavoz de la Guardia
Civil ha explicado que no utilizaba productos inflamables o acelerantes, se limitaba a juntar en
montones hierba seca y hojas
que prendía directamente. Los

E

Enrique E.L. a su llegada a Navalcarnero

intentos de fuego se produjeron
en las localidades de Navas del
Rey, Chapinería, Colmenar del
Arroyo y Cadalso de los Vidrios.
Los sucesivos incendios,
unidos a la magnitud que había
adquirido el siniestro de
Almorox, provocaron gran
miedo e inquietud entre los vecinos de la Sierra Oeste. Incluso se
llegó a hablar de un pirómano
que había amenazado con quemar toda la comarca, en anónimos enviados a los ayuntamientos. Las autoridades locales
pidieron a los vecinos que extremaran la vigilancia y colaboraran con las fuerzas de seguridad.
Desde la Delegación del

Foto: EL PAÍS

Gobierno en Madrid, en coordinación con el Gobierno regional
se reforzaron los sistemas de
vigilancia, incluyendo a los
agentes forestales, Guardia Civil,
policías locales, y el apoyo de
agentes a caballo y vigilancia
desde helicópteros.
Finalmente la detención se
produjo cuando volvió a intentarlo, en este caso en la localidad
de Pelayos de la Presa. Una vez
que el foco de otro incendio se
declarara, dos testigos le vieron
en las inmediaciones, uno de
ellos era bombero. Ambos no
dudaron en abosoluto cuando les
mostraron una fotografía del sospechoso, y dieron una descrip-

ción pormenorizada que coincidía completamentea con la del
ahora detenido.
En ese momento las investigaciones llevadas a cabo por sus
propios compañeros estaban
muy avanzadas. Los testigos en
varios pueblos distintos, coincidían en las caracterísicas del sospechoso, joven, de pelo rubio,
estatura media, y con aspecto y
ropas deportivas. Sus colegas se
percataron de que tenía una actitud muy extraña en las últimas
semanas, y se cotejaron los cuadrantes de trabajo, comprobando
que los incendios se correspondían con las libranzas de Enrique
E.L.
Con todos estos datos, se procedió al arresto horas después
del incendio de Pelayos, el
mismo 1 de agosto. En las declaraciones de los testigos consta
que le identificaron positivamente en una fotografía. Los agentes
del Seprona le arrestaron en el
cuartel y se lo llevaron a la
Comandancia de Madrid, en el
municipio de Tres Cantos, alejado del puesto en el que estaba
destinado. Cuando le tomaron
declaración, se confesó culpable
y asumió todos los cargos de la
acusación.
Fuentes de la investigación
han trasladado que dijo sufrir
“un impulso irrefrenable de
hacer fuego ya desde pequeño”
que se había incrementado en las
últimas jornadas. De hecho, su

principal actividad pirómana se
concentró entre el 17 y el 22 de
julio. Después guardó silencio y
se mostró muy reservado, según
fuentes de la Guardia Civil. Los
investigadores no vieron necesario siquiera ni registrar su vivienda en la casa-cuartel. “No ha
merecido la pena porque utiliza
un sistema muy rudimentario
para hacer fuego”, añadieron las
citadas fuentes.
Tras su paso por Tres Cantos,
el detenido fue trasladado hasta
Navalcarnero, donde el Juzgado
de Instrucción número 1 estaba
de guardia la tarde del viernes 2.
La juez decretó su ingreso en la
prisión de Estremera, comunicada y sin fianza.
En el atestado policial consta
un informe médico hecho tras su
detención en el que se recoge
que el presunto pirómano sufre
algún problema mental, tal vez
de tipo depresivo.
El consejero de Presidencia
de la Comunidad de Madrid,
Salvador Victoria, pidió un informe a sus agentes forestales por si
el guardia pirómano pudiera ser
el autor del incendio registrado a
finales de agosto del año pasado
en Robledo de Chavela,
Valdemaqueda y Santa María de
la Alameda. que se convirtió en
el peor de las últimas décadas en
Madrid. Las pesquisas apuntan,
en principio, a que Enrique E. L.
es completamente ajeno a esta
catástrofe.

Pillado justo a tiempo
L guardia civil detenido el jueves 1 de agosto, acusado de la autoría de una veintena de incendios en
la Sierra Oeste de Madrid en la última quincena de julio, fue pillado 'in fraganti' provocando un fuego
en Pelayos. El detenido nació en Melilla hace 30 años. Está soltero y es el único agente que pertenece al
instituto armado de su familia. Aprobó la oposición hace cuatro años e ingresó como guardia civil en 2010.
Su primer destino estuvo en Madrid capital, pero en cuanto pudo pidió el traslado al puesto de Navas
del Rey. Llegó tras la Semana Santa del año pasado. Los vecinos de esta localidad no le ponían cara, pero
pedían que le cayera la máxima condena por todo el daño que ha causado. Fuentes del instituto armado
recalcan que Enrique, un hombre introvertido, no había dado ningún problema hasta ahora.
Una vez que la juez le tomó declaración, se le ha imputado un delito de incendios, por lo que automáticamente la Guardia Civil tendrá que suspenderle de empleo y sueldo en el servicio y se le abrirá un
expediente disciplinario, que queda pendiente de la vía penal y puede comportar la expulsión del cuerpo.

E